Habilidades
para atender al cliente
A quien no le ha pasado que llega a
un lugar, llámese pulpería, licorera, banco, taller o algún otro, y nos topamos
con que la persona que nos atiende, tiene cara de pocos amigos, responde a las
preguntas con respuestas cortas y secas (no quiere asesorar), no está bien
informado sobre lo que hace, brinda su servicio de forma deshonesta, y otro montón
de males, el otro día fui a sacar fotocopias y para sorpresa mía, vi que la
dueña del local echaba dentro la bolsa donde estaba el material que fotocopie,
una serie de fotocopias que quedaron mal, no era que yo hubiese pedido una
reducción, ampliación o algo parecido que justificara que me cobraran las
copias que se habían sacado en el proceso de llegar al resultado que yo quería,
si no que la fotocopiadora no funcionaba bien, y ella tenía el descaro de cobrarle las copias
defectuosas a la gente. ¿Vale la perder un cliente por 30 colones? No lo creo,
¿Vale la pena crearse mala fama por la negligencia de no arreglar la
fotocopiadora? No lo creo.
La verdad es que muchas personas y
negocios operan así, digamos que yo soy hasta cierto punto comprensivo cuando
no son los dueños del lugar los que dan un mal servicio sino algún empleado,
eso sí suponiendo que es una caso aislado, el jefe se equivoco y contrato a
alguien que no convenía, pero tomo las medidas necesarias y le jalo el mecate o
despidió a la persona, otro caso muy diferente es cuando son los dueños del
lugar los que dan un mal servicio, una vez fui a la pulpería de mi barrio a
comprarme una pitufa en bolsita, se la pedí al pulpero y después de que la
hecho en la bolsa y me la dio, yo le page con 5000 colones, ante lo cual él me
dijo, “de haber sabido que me iba a pagar con 5000 no se la vendo” han pasado 10
años desde la última vez que compre algo en esa pulpería. Que por cierto fue la
mentada pitufa.
Así de fácil se pierden los clientes
y los costarricenses parecemos no estar muy consientes de eso, aun las personas
que tienen un negocio que les funciona por el simple hecho de ser los únicos que
brindan un determinado producto o servicio, pierden de vista a sus clientes,
cosas tan sencillas como la mala higiene del lugar, la ausencia de una imagen o
la falta de crecimiento, muestran falta de interés por su público.
Tal vez es cuestión de sentido común,
pero definitivamente el dar un buen trato al cliente es tan importante como la
calidad del producto, es decir que los zapatos sean buenos, es tan importante
como venderlos con una buena actitud.
Tener este tipo de entrenamiento
sobre el servicio al cliente es muy importante, ya que nos ayuda a estar
consientes de la importancia que tiene y además nos da una guía para atender
bien a nuestros clientes, tanto las sugerencias como los pequeños tips son
bienvenidos, y tal vez el más sencillo de todos sea recibir a nuestros clientes
con una sonrisa, ellos son buenas noticias.
Roberto, concuerdo contigo sobre el servicio al cliente que se da en muchas partes, debido a que muchas personas no poseen o no han desarrollado las aptitudes para desarrollar en el puesto que desempeñan, pero como todo y sin justificar, muchas veces como seres humanaos hay días en los que no necesariamente nos sentimos bien anímicamente, pero pienso que esto no debería afectar nuestra labor, más si se trabaja con el cliente directo, lo que pienso es que muchos no sabemos exactamente lo cómo tratar este tipo de situaciones.
ResponderBorrar¿Cuál fue la razón del triunfo de Andrew Carnegie?
Se le llamaba el Rey del Acero, pero poco era lo que sabía de fabricación del acero. A sus órdenes trabajaban centenares de hombres que conocían de ese tema mucho más que él.
Pero sabía cómo manjar a los hombres, y esto fue lo que le enriqueció.
Me gusta como lo que dice al final, para lograr el éxito solo se debe de saber tratar a las personas y saber sus necesidades, y así accionar para que éstas respondan positivamente a lo que le ofrecemos, por eso pienso que es fundamental para cualquier empresa, realizar más que una simple entrevista, sino ir más allá para poder medir la capacidad de reacción positiva que puede tener sus empleados antes situaciones no deseadas, ya que cómo comenta usted, muchas veces las empresas son negativamente etiquetadas, por el error que cometa un simple empleado.
Referencia: Carnegie, D. (1982) Como ganar amigos. Argentina. Editorial Sudamericana Sociedad Anónima. P 84